Seguro que has oído alguna vez la expresión ‘’esto es peor que un dolor de muelas’’ ¡y en parte el refranero español tiene razón! La salida de las muelas del juicio puede provocar un desplazamiento en las piezas dentales, incluso infecciones en toda la boca. Es importante revisarlas y retirarlas a tiempo cuando no se están desarrollando de forma adecuada.

¿Qué son las muelas del juicio?

Las muelas del juicio son las cuatro piezas dentales que crecen detrás de los segundos molares, tanto en la superior como en la inferior. Es decir, se ubican en la última posición de la dentadura.

Se suelen desarrollar entre los 15 y los 25 años de edad, cuando ya están el resto de dientes acomodados. Aunque existen casos en los que se desarrollan a los 30 años. ¿Pueden no salir nunca? Efectivamente, en algunas personas no llegan a crecer nunca o su presencia no supone ninguna molestia. Cuando hay espacio suficiente para crecer, la persona no llega a experimentar ninguna sintomatología derivada de estas.

¿Cuáles son los síntomas que causan? 

Como ya hemos comentado, si las muelas crecen sanas y en correcta posición, no tiene por qué haber ninguna complicación. Pero en muchos casos, se dan complicaciones graves que se manifiestan de la siguiente manera:

• Dolor de oídos
• Inflamación y rojeces en las mejillas
• Fuertes dolores de cabeza
• Endurecimiento maxilar en esa zona
• Dolor severo en la zona de crecimiento

Estas muelas, al ser las últimas, son más difíciles de limpiar, por lo que son más propensas a tener caries y otras enfermedades en las encías que otras muelas no provocan. Algunos dentistas y cirujanos recomiendan extraerlas, aunque no existan síntomas, para prevenir futuros problemas que puedan ocasionar.

¿Cómo afectan a tu boca? 

Cuando las muelas dejan de tener espacio para crecer hay que extraerlas lo más rápido posible, ya que puede causar muchos problemas en tu boca, como los siguientes:

• Infección o enfermedad en las encías. Se produce porque el molar ejerce presión al estar en una posición inadecuada.

• Quistes. Cuando el desarrollo de la muela es anormal, el saco se llena de líquido y aparece un quiste que puede deteriorar el hueso.

• Infección del hueso. Si la infección de las encías se prolonga, se puede extender incluso hasta el cuello y las mejillas, ocasionando fiebre y malestar.

• Desplazamiento de piezas dentales. Cuando no tienen suficiente espacio, ejercen presión sobre los dientes vecinos, ocasionándose el típico ‘’apiñamiento’’.

Desde Clínica Dental Peñalver, te garantizamos un buen trato y no dudes en consultarnos si notas alguna molestia en tus muelas 🙂