Estrés y salud oral: todo lo que debes saber
El estrés, según los profesionales, se define como “un estado de fatiga física y psicológica en la persona, provocada por un exceso de trabajo y otros desórdenes emocionales”
En ocasiones, este estrés constituye un sistema de alerta ante situaciones donde se debe responder de manera inmediata ante un estímulo. Cuando se sufre estrés, aparecen síntomas como taquicardia, hipertensión, aumento del colesterol, sequedad bucal, etc.
Además, el estrés hace que se lleven a cabo hábitos poco saludables, como una mala alimentación o un consumo excesivo de alcohol y tabaco.
El consumo de alimentos a deshoras dificulta el cepillado de los dientes y el uso de hilo dental, por lo que la persona descuida su higiene bucal. Si no se corrige a tiempo, esta rutina puede propiciar el desarrollo de enfermedades periodontales
Es importante definir las causas del estrés y detectar las señales de advertencia tempranas en tu cuerpo.
- ¿Cómo afecta el estrés a la salud bucal?
Probablemente, muchas personas relacionen el estrés con dolores musculares en el cuello y en la espalda, o dolores estomacales, por ejemplo. Tras un período de ansiedad pueden resultar familiares las apariciones de herpes o dolores en la mandíbula por tensar los músculos faciales y rechinar los dientes. Además, si el estrés es crónico y perdura demasiado en el tiempo, las consecuencias son mayores, ocasionando la pérdida de piezas dentales si no se actúa a tiempo.
Estos son algunos síntomas de que puedes estar sufriendo estrés:
- Sequedad bucal. La principal reacción del cuerpo ante el estrés es la boca seca. También puede ser un efecto secundario si se están usando medicamentos para tratar la depresión o la ansiedad. La saliva es la primera defensa que encuentran las bacterias en la boca y, cuanta menos secreción de saliva haya, mayor es el riesgo de enfermedades bucales. Así pues, aumenta la acidez en la boca y ataca al esmalte dental, dando lugar al desarrollo de caries y otras infecciones en las encías.
- Aftas bucales. Los herpes son causados por un virus que habita en los nervios faciales y se reproduce en momentos en los que el organismo tiene menos defensas, como en los períodos de estrés. Las aftas son unas heridas blanquecinas que se forman en las encías causadas por virus, bacterias y deficiencias del sistema inmunológico debilitado por el estrés.
- Gingivitis y periodontitis. La alteración y acumulación de placa bacteriana puede provocar el sangrado e infección de encías, causando enfermedades como la gingivitis o periodontitis. Por otro lado, encontramos los cambios en el comportamiento, ya que, en situaciones de ansiedad, se descuida la alimentación, se consume más azúcar, se fuma más… La placa bacteriana aprovecha estos malos hábitos para alojarse en las encías y desencadenar una periodontitis.
- Disfunción de la articulación temporomabdibular. Otra causa del estrés es la disfunción de la articulación temporomandibular, la articulación que une la mandíbula con el cráneo. Puede producir chasquidos al moverse o presentar mucho dolor e inflamación. Esto ocurre por la presión generada al apretar los músculos por el estrés. En algunos casos es necesaria la utilización de férulas de desprogramación muscular, sesiones de fisioterapia y en algunos casos, cirugía.
- Bruxismo. El estrés es la causa principal de esta patología, un hábito involuntario que consiste en rechinar los dientes durante las horas de sueño. Si no se trata a tiempo, el bruxismo puede derivar en complicaciones más severas, como hipersensibilidad dental, desgaste, dolores musculares en la mandíbula, insomnio, incluso provocar la pérdida de piezas dentales.
- Reduce los síntomas
Una vez identificadas las causas del estrés, te dejamos algunos consejos para aliviar los síntomas orales dolorosos:
- Evita comidas duras o demasiado crujientes si sientes dolor.
- No fumes ni bebas alcohol, ya que pueden empeorar los síntomas.
- Usa por las noches un protector bucal, así evitarás el daño.
- Evita el sol excesivo para reducir las úlceras bucales.
- Maneja el dolor con masajes suaves o medicamentos para aliviarlo.
¿Tienes alguno de estos síntomas? Consúltanos sin compromiso para ofrecerte la mejor solución. ¡Estás en buenas manos! En Clínica Dental Peñalver estaremos encantados de atenderte.